Las primeras semanas en Limassol han sido muy intensas debido a que Chipre es un país totalmente distinto a España. Pero siendo sincero creo que lo he llevado bastante bien, ahora entenderéis por qué. ¡Vamos allá!
El viaje hacia Limassol fue muy llevadero ya que tuve suerte de coger el último vuelo directo del verano desde el Aeropuerto de Barcelona. Un total de cuatro horas de avión me separaban de mi nueva vida, pero me monté al avión sin miedo y con ganas de ver qué me deparaba la nueva experiencia.
Mi primera impresión de Limassol fue bastante buena, coches lujosos, edificios modernos y sobre todo, el caluroso clima de una ciudad de costa. Esto al principio me costaba sobrellevar pero ahora ya estoy más que acostumbrado a estar a 30 grados en pleno mes de Septiembre.
Al llegar a lo que sería mi casa durante los próximos tres meses me enseñaron la habitación y las instalaciones. Siendo sinceros me asusté al principio un poco con el alojamiento, pero todo eso se compensaba con una gran piscina en la cual podría pasar los ratos libres. Poco a poco me voy haciendo al alojamiento y estoy cada vez más cómodo.
Los primeros días no tuve que trabajar por lo que los aproveché al máximo para moverme e ir ubicándome por la ciudad. Esto me permitió descubrir los edificios más icónicos de Limassol y algunas de sus calles más famosas como la Calle Tsanakale y el casco antiguo.
La segunda semana en Limassol fue más intensa porque empezcé a trabajar para Command Studio. Esto me permitió conocer nuevos métodos de trabajo en equipo que anteriormente no había podido experimentar. Además, he tenido la suerte de poder teletrabajar lo cual me permite mucha más flexibilidad a la hora de trabajar, perder menos tiempo en transporte y organizarme mejor día.
Mi primer proyecto en la empresa fue hacer una página web con el software Figma. También empecé a ver vídeos sobre como poder utilizar Adobe XD para que en un futuro se me harían más fácil realizar las tareas. Hablando con Marinella acordamos hacer poco a poco la adaptación a Adobe XD y utilizar esa herramienta de forma habitual.
A pesar de tener que trabajar no dejé de salir todos los días a pasear por el centro e ir al gimnasio, lo cual me mantiene activo para el resto del día. Hasta ese momento los días parecían tranquilos pero enseguida hicimos amigos y empezaron a crearse los planes dignos de la experiencia Erasmus + que todo el mundo siempre comenta.
Sin olvidarme que estaba de Erasmus para aprender y mejorar como diseñador gráfico, tuve mi primer meeting con la jefa de Command Studio, reunión que daría lugar a una larga conversación en la cual adquirí mucho vocabulario técnico de la profesión que desconocía. Todo esto me sirvió para poder comunicarme mejor con ella a la hora de la afrontar los proyectos. Y por último pero no menos importante me enseñó algunos trucos para poder optimizar el tiempo de trabajo.
Acto seguido empecé a trabajar en el diseño de la página web de PayXL, un nuevo método de pago que viene pisando fuerte para hacerle la competencia a gigantes del sector como PayPal, Stripe o Square. Esto me motiva a realizar un proyecto contundente con el cual poder asombrar a los visitantes de esta nueva web.
La tercera semana fue un poco más intensa en el trabajo debido a que había que terminar el proyecto de la web adaptando a la aplicación Adobe XD para poder facilitar el trabajo a mis compañeros programadores que serían los encargados de realizar el código y la configuración de la web antes de entregarla al cliente. Además, pude gozar de dos días festivos de Chipre en los cuales aproveché para visitar Ladys Mile Beach y hacer una excursión junto a dos compañeras españolas. Ladys Mile Beach es una playa preciosa que se encuentra en el lado británico de la isla de Chipre. Tuvimos suerte de que estaba bastante vacía y pudimos disfrutar de estar en primera linea de playa, pero esto no sería todo porque encontramos un chiringuito con unos precios bastante asequibles en el que comimos como reyes.
Si Ladys Mile fue increíble, Blue Lagoon, nuestro destino del sábado fue espectacular. Salimos temprano del Hotel con dirección a Paphos, donde cogimos un barco para ir a la playa Blue Lagoon, donde tendríamos una hora para poder bañarnos, echarnos fotos y disfrutar de las aguas más cristalinas que he visto en mi vida.
Sin duda, este primer mes ha sido muy fructífero. Me ha servido para romper el hielo, aclimatarme y sobre todo para empezar a ver que dedicarme profesionalmente a la edición web y creación de elementos multimedia es ahora una realidad.