El lunes 15 de abril, nos aventuramos desde el hotel hacia una travesía cultural al icónico Atomium, testigo de la Exposición Universal de 1958 y símbolo de la era atómica y el progreso científico.
El Atomium, majestuoso en su representación de un cristal de hierro ampliado 165 mil millones de veces, cautivó a nuestros jóvenes navarricas y navarricos, quienes no tardaron en capturar sus impresiones en fotografías que inmortalizarían este encuentro con la historia y la ciencia.
Tras maravillarnos con el monumento, el hambre y la curiosidad nos llevaron a explorar los rincones gastronómicos de la ciudad. Con el estómago lleno y el ánimo renovado, nos dirigimos al metro para iniciar una nueva etapa de nuestra jornada educativa en EPHEC HAUTE ÉCOLE, una prestigiosa institución educativa.
En la escuela, fuimos recibidos con calidez y asignados a clases junto a estudiantes locales de español, cada uno con su nivel de dominio del idioma. Divididos en grupos, nuestros jóvenes embajadores compartieron charlas animadas, descubriendo pasatiempos comunes, presentándose unos a otros y sumergiéndose en el arte de conversar en español, corrigiendo y aprendiendo con cada interacción.
Entre estas sesiones de intercambio lingüístico, tuvimos el privilegio de presentar nuestra propia institución, desvelando los secretos de nuestras aulas, y materias. Uno de nuestros compañeros, con valentía y entusiasmo, compartió su experiencia en el mundo de la informática de oficina, ofreciendo una ventana a nuestro mundo académico y profesional.
Pero la jornada no se detuvo ahí. Nuestros anfitriones en EPHEC HAUTE ÉCOLE nos guiaron a través de una experiencia única al visitar el centro de estudios de los estudiantes locales. Allí, enriquecimos nuestras mentes con una amplia gama de conocimientos, explorando la diversidad de intereses y edades entre los alumnos.
El centro de EPHEC nos obsequió con libretas para tomar apuntes y revistas que detallaban los estudios de los estudiantes locales, abriendo así una ventana a futuras oportunidades educativas y culturales.
La jornada culminó con una foto grupal, donde nuestros estudiantes se unieron a sus nuevos amigos de EPHEC HAUTE ÉCOLE, especialmente aquellos del tercer curso cuya fluidez en español asombró a todos.
Para cerrar con broche de oro este día lleno de descubrimientos y aprendizaje, nos sumergimos en el sabor único de las famosas patatas fritas de la Maison Antoine, junto a los profesores, docentes y una delegada del gobierno de Navarra.
Estas patatas, célebres por su delicioso sabor y textura crujiente, son un auténtico tesoro culinario en Bélgica, y según nos contaron, las preferidas de Pedro Sánchez durante sus estancias en este país.
Así concluyó nuestra jornada en Bruselas, una experiencia que ha dejado huella en nuestros corazones y mentes, reforzando la importancia del intercambio cultural y el aprendizaje compartido entre jóvenes de diferentes rincones del mundo.