Llegó diciembre y con él, una mezcla de sentimientos que me tenían la cabeza dando vueltas. Por un lado, la tristeza de saber que este era el último mes de mi experiencia Erasmus+ en Chipre, un país que ya siento como casa. Por otro lado, la emoción de que todavía quedaban aventuras por vivir, como el viaje a Georgia que llevábamos semanas esperando.

Georgia fue simplemente brutal. Nos perdimos entre paisajes de ensueño, probamos comidas que nunca había imaginado y compartimos momentos que se quedarán grabados para siempre. Fueron unos días increíbles que me recordaron lo bonito que es salir de la zona de confort y dejarse sorprender por el mundo.

De vuelta en Chipre, tocaba poner manos a la obra. Quedaba todo el papeleo pendiente para el Gobierno de Navarra y los últimos proyectos que entregar a Command Studio. No les voy a mentir, hubo momentos de estrés (y de querer tirar el ordenador por la ventana), pero sabía que era la recta final y que valdría la pena terminar todo por lo alto.

Eso sí, el ajetreo no me impidió darme un gusto de vez en cuando. Mis desayunos al estilo americano se convirtieron en mi refugio para relajarme entre trámites y reuniones. Pancakes, café cargado y un poco de bacon; ¡no hay mejor forma de empezar el día!

Para cerrar con broche de oro esta experiencia, decidí pasar mis últimos días fuera de Chipre. El destino: Turquía. Cuatro días con amigos recorriendo mercados, descubriendo nuevos sabores y compartiendo risas de las que te duelen las mejillas. Decir adiós a esta gente fue durísimo, porque se han convertido en parte esencial de mi vida, pero sé que nuestras historias no terminan aquí.

Por supuesto, no puedo terminar este capítulo sin hablar de lo que ha significado mi paso por Command Studio como diseñador gráfico. Ha sido una experiencia profesional que me ha marcado profundamente. He aprendido muchísimo, desde perfeccionar habilidades técnicas hasta gestionar proyectos reales con plazos y clientes, algo que definitivamente me prepara para el futuro. Estoy enormemente agradecido a Command Studio por abrirme sus puertas, confiar en mí y brindarme una formación tan completa. También quiero agradecer a Neo Sapiens, la empresa intermediaria en España, por facilitar todo el proceso y por el acompañamiento durante esta experiencia. Sin su apoyo, nada de esto hubiera sido posible.

Y bueno, aquí estamos, cerrando este capítulo con el corazón lleno y mil recuerdos que llevaré siempre conmigo. Mil gracias a todos los que han seguido mis aventuras a través de este blog. Llegué a Chipre sin saber muy bien qué me esperaba y vuelvo con experiencias, amistades y aprendizajes que nunca olvidaré. Antes de despedirme me gustaría aprovechar esta entrada de blog para animar a todos los estudiantes de la EASDi a que se lancen a participar en el programa Erasmus+ que ofrece el departamento de Internacionalización. Es cierto que requiere un poco más de esfuerzo, pero los beneficios, los aprendizajes y las vivencias que se obtienen son increíbles. ¡No se arrepentirán! Esto, para mí, es solo el comienzo de nuevas aventuras.

Ángel Isla

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