Nuestro octavo día en Varsovia se vio alterado tras la decisión de posponer el viaje a Gdansk con el objetivo de ultimar el proyecto y esperar una mejoría en el estado de Nora que sigue en muletas y con dolor en su rodilla derecha. Esta elección estratégica permitió dedicar la jornada por completo a las tareas pendientes, lo que nos ayudó a dejar casi finiquitado el trabajo y encarar el fin de semana con energías renovadas y muchas ganas de aprovecharlo al máximo.

La mañana comenzó con más calma que en días anteriores. Algunos estudiantes salieron a desayunar a la ya conocida cafetería Vincent, famosa por sus cruasanes, mientras que otros optaron por descansar un poco más en el hostal antes de dirigirse al centro cultural Dom w Alejach del Kultury Śródmieście, donde nos esperaba otra intensa y fructífera jornada de trabajo.

A lo largo de la mañana, los distintos grupos siguieron desarrollando sus tareas dentro del proyecto. El grupo 1 finalizó un reel creativo que recopila los momentos más representativos de nuestra experiencia en Varsovia. El grupo 2 se encargó de gestionar y publicar contenido en redes sociales, incluyendo vídeos, textos y fotografías. El grupo 3, por su parte, diseñó el nuevo banner del canal de YouTube, capturando el espíritu del viaje, y tradujo varios vídeos al inglés y al polaco para facilitar su difusión internacional.

Gracias a la concentración y esfuerzo colectivo, todo el trabajo quedó terminado antes de las 15:00. Para celebrarlo, nos dividimos en pequeños grupos para almorzar. Algunos eligieron probar el ramen del restaurante tailandés Viet Tasty, otros se inclinaron por las pizzas en Piwo o Pod Palma, y también hubo quienes prefirieron bagels, bocadillos o platos italianos en Torelo. Por su parte, Débora y Noel decidieron prepararse unos bocadillos con ingredientes que llevaban consigo, con la idea de optimizar el tiempo y volver cuanto antes al trabajo. Fue, en cualquier caso, una comida variada y multicultural, en línea con el espíritu del programa Erasmus +.


Ya por la tarde, nos dirigimos al impresionante Parque Łazienki (Łazienki Królewskie), uno de los espacios verdes más emblemáticos y bellos de Varsovia. Tomamos el autobús de la línea 180 y, al llegar, nos adentramos en un entorno natural lleno de calma, historia y arte. Paseamos por sus senderos bordeados de árboles centenarios, exploramos una exposición de esculturas clásicas y bustos, y visitamos el exterior del famoso Palacio sobre el Agua, una joya arquitectónica rodeada de estanques.

Durante la caminata también tuvimos ocasión de ver algunos de los edificios más representativos del parque, como el elegante White Pavilion y el museo de arte clásico, con su imponente fachada y su atmósfera serena. A lo largo del recorrido, nos cruzamos con simpáticas ardillas, aves de todo tipo, algún zorro e incluso un pavo real que sorprendió y maravilló al grupo. El ambiente fue perfecto para desconectar, respirar aire fresco y disfrutar de la belleza del lugar tras una jornada de trabajo tan intensa.

Como broche final, tomamos el autobús 131 para llegar al rascacielos donde se encuentra el Panorama Skybar, uno de los puntos más altos de Varsovia. Subimos hasta la planta 40, desde donde disfrutamos de unas vistas espectaculares de toda la ciudad iluminada al caer la tarde. Mientras compartíamos impresiones sobre lo vivido hasta ahora, disfrutamos de refrescos, chocolate caliente y cócteles sin alcohol, en un ambiente relajado y festivo disfrutando de posiblemente las mejores vistas de la ciudad.

Ya de vuelta al hostal en el tranvía 7, la jornada terminó con una cena conjunta en la cocina común del hostel VasylOk. Débora y Noel cocinaron una deliciosa tortilla de patatas, con la tímida ayuda de algún alumno voluntario.

Finalmente, 13 personas nos sentamos juntas a cenar, compartiendo risas y anécdotas del día. Fue el broche perfecto para prepararnos para la jornada de mañana que se presenta muy movida. Pero eso os lo contaremos en el siguiente capítulo de nuestra aventura Erasmus +.

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