Con algo de nervios pero ya sin confusiones y más orientado, llegué al mismo tiempo que el resto de los profesores invitados a la Facultad de Artes de Tirana.

Fuimos conducidos a una pequeña sala de actos llena de alumnos, donde cada uno presentó su centro de origen y su labor. Algunos utilizaron presentaciones visuales, mientras que otros hablaron de manera más informal. Las charlas abarcaron desde el ambiente único de nuestras ciudades o pueblos de origen en España hasta los ciclos y programas de estudios que se imparten en nuestros centros. Yo hablé sobre la EASDI de Corella, Navarra.

Los alumnos escuchaban con atención y pronto surgió una discusión interesante sobre la importancia de salir de nuestros países, establecer contactos internacionales y conocer el mundo. Hablamos sobre las carreras artísticas y sus salidas en la actualidad, y cómo es fundamental aprovechar las diversas oportunidades para interactuar con otros centros extranjeros, como los programas Erasmus, becas y subvenciones.

La sesión no se prolongó más de lo necesario para no agotar a los estudiantes. Después, se nos recomendaron algunos lugares para hacer turismo.

Pasé el resto del día leyendo en el Parque Rinia, un espacio verde popular que no pude disfrutar plenamente el día anterior.

Por la noche, tras una breve parada en mi apartamento para ducharme, descansar y cambiarme de ropa, quedé con dos profesores para cenar en el restaurante Smoke House Grill.

A pesar del nombre, el lugar era muy albanés. La comida y las bebidas eran elaboradas en el propio restaurante, y el personal fue extremadamente amable, como todos los albaneses que he conocido hasta ahora. Disfrutamos de una cena de platos típicos basados en carne y salsas, y luego nos dirigimos a nuestros respectivos hoteles.

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