Hoy domingo era un día especial, había fútbol y además era el día de nuestra cena de hermandad junto a los compañeros de la Elisaveta Vazova High School for Design.
Después de disfrutar de un delicioso desayuno, nos aventuramos a coger el tranvía número 18 hasta Borisova Gradina, el famoso parque de la ciudad. Durante el trayecto, disfrutamos con las vistas panorámicas de Sofía desde las ventanas del tranvía. Al llegar al parque, decidimos detenernos para disfrutar de un crep delicioso, y no pudimos resistirnos a capturar el momento con una dulce foto.
Continuando nuestro recorrido, cruzamos el parque y llegamos al pintoresco Estanque de los Lirios, conocido localmente como Езерото с лилиите. Nos detuvimos un momento para descansar y disfrutar del tranquilo ambiente del lugar, lleno de familias con sus niños y mascotas.
Siguiendo los deseos de nuestro comandante Diego Ibáñez, nos dirigimos hacia el Museo de Arte Militar. Aunque no era el destino más convencional, estábamos muy contentos de poder cumplir sus deseos y aprender más sobre la historia militar de Bulgaria incluyendo algunas de sus piezas más destacadas; sus tanques, helicópteros, aviones, coches y cañones. Por supuesto, no olvidamos inmortalizar el momento subido en el Panzer IV.
Tras pasar un rato en el Museo de Arte Militar nos dirigimos al centro comercial Serdica para comer. Cada uno de nosotros tuvo la oportunidad de elegir su restaurante favorito, y nos reunimos más tarde para compartir nuestras experiencias culinarias en el Costa Café antes de continuar con nuestras aventuras por la tarde.
En este momento grupo se dividió en dos para disfrutar de diferentes actividades. Algunos decidieron regresar al hotel para refrescarse con una ducha revitalizante y descansar un poco antes de la cena con Stan, Niky y alumnos búlgaros. Mientras tanto, el otro grupo decidió aprovechar al máximo su tiempo en Sofía y se dirigió al Estadio Nacional de Fútbol para presenciar el esperado partido entre el CSKA y el Botev Plovdiv. La emoción en el estadio era palpable mientras animábamos al equipo local. Para nuestra alegría, el CSKA logró una victoria impresionante con un marcador de 4-0 sobre el Plovdiv, lo que hizo que la experiencia fuera aún más memorable.
Una vez terminado el partido, nos dirigimos con el tranvía número 12 hasta la Plaza Garibaldi para acudir al encuentro del resto del equipo EASDi y acercarnos al restaurante Taverna Hadjidragana donde habíamos quedado con Stan, Niky y los compañeros búlgaros para nuestra gran cena local.
La cena fue maravillosa y además de probar riquísimos platos tradicionales pudimos compartir un rato increíble, cantar y reír. Aquí compartimos algunas imágenes donde podéis observar que la pinta es exquisita.
¡Sin duda fue un domingo 10!