Nuestro último día en Praga comenzó con un desayuno tranquilo en Domáce Těstoviny, una encantadora cafetería cercana al hotel. Aprovechamos ese ambiente acogedor para revisar y ultimar los detalles de nuestra propuesta final para el restaurante El Centro. Fue un momento clave para consolidar todo el trabajo realizado durante la movilidad, afinando cada aspecto antes de la presentación oficial.

Con todo preparado, nos dirigimos en tranvía hacia El Centro para mostrar nuestra propuesta. Aunque los responsables del restaurante no estaban disponibles, tuvimos la oportunidad de presentarla a otro miembro del equipo, quien se mostró satisfecho con el resultado. Este pequeño gran paso marcó nuestro primer contacto profesional directo con un cliente real, una experiencia que sin duda nos acompañará en nuestro futuro laboral.

Un detalle que queremos destacar es que El Centro es el único restaurante de la zona que ofrece cerveza sin gluten, algo que fue una grata sorpresa para nuestra profesora Raquel. Antes de marcharnos, nos tomamos una foto de grupo con Javier Neruda, dueño del restaurante, como recuerdo de una jornada tan especial.

Tras la presentación, decidimos quedarnos a almorzar y disfrutar de la gastronomía del restaurante, elaborada con una dedicación que se notaba en cada plato.

Tras la comida, el grupo se dividió: algunos optaron por recorrer tiendas de recuerdos para llevar un pedacito de Praga a casa, mientras que otros visitaron la Biblioteca Municipal de Praga, el primer edificio del país construido específicamente para albergar libros. Allí nos maravillamos con su famosa Torre Infinita de Libros, una instalación que crea la ilusión de una columna interminable de volúmenes. Sin duda, uno de los rincones más fotografiados de la ciudad.

Para cerrar el día, regresamos a un lugar conocido: FatCat, donde brindamos con una buena cerveza y celebramos esta experiencia única en la capital checa. Ya en el hotel, comenzamos a preparar el equipaje para el regreso, conscientes de que el viaje llegaba a su fin.

Nos despedimos de Praga con el corazón lleno y la mochila repleta de experiencias. Esta ciudad mágica nos ofreció momentos inolvidables, aprendizajes valiosos y una combinación perfecta de trabajo, cultura y amistad. Cada paso, cada descubrimiento y cada risa compartida quedarán grabados en nuestra memoria.

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