Este segundo mes de Erasmus ha sido muchísimo más tranquilo. Siento que ya me he adaptado por completo tanto a la ciudad como a mi nueva rutina, lo que me ha permitido disfrutar de la experiencia con más calma y seguridad.

En el ámbito laboral, por fin he tenido la oportunidad de conocer a mi otra compañera, que hasta ahora no había podido incorporarse. Además, he estado participando en varios proyectos relacionados con la Navidad. Entre ellos, he trabajado en un par de animaciones con After Effects: una destinada a proyectarse durante una entrega de premios y otra creada como felicitación navideña para enviar a los clientes. También he realizado tareas más manuales, como la elaboración de sobres, lo que ha hecho el trabajo todavía más variado.

Por otro lado, he colaborado en la selección de la nueva paleta de colores y en la creación de patrones para la próxima edición de una revista que el estudio lleva años desarrollando en colaboración con una prestigiosa universidad suiza. La verdad es que estoy aprendiendo muchísimo y, sobre todo, disfrutando cada fase del proceso creativo.

En cuanto al ocio y al turismo, este mes la actividad ha sido algo más limitada. No ha habido ni un solo fin de semana sin lluvia. Al principio intentaba que no me afectara demasiado, pero al final he tenido que rendirme a la evidencia.

Aun así, Noelia y yo hemos aprovechado siempre que el tiempo nos daba una tregua. Hemos visitado el Mercado Ferreira Borges, recorrido algunas de las decoraciones navideñas de la ciudad y descubierto varios restaurantes que teníamos pendientes.

En resumen, este segundo mes ha estado marcado por una mayor estabilidad, un crecimiento constante en el estudio y pequeños momentos que, pese al mal tiempo, me han permitido seguir descubriendo la ciudad a mi manera. Me siento cada vez más integrada, más segura y con muchas ganas de ver qué me depararán los próximos meses.

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