En septiembre inicié mi experiencia Erasmus+ en Milán (Italia), donde si todo va bien, permaneceré hasta marzo. Cada mes compartiré cómo estoy viviendo esta aventura profesional y personal que, sin duda, será una de las más enriquecedoras de mi vida.
Este primer mes, octubre, ha sido un mes de adaptación. Tras aterrizar en Milán y dirigirnos a la residencia, nos asignaron las habitaciones y aproveché para conocer un poco la zona. Al día siguiente, varios compañeros fuimos al centro de la ciudad para descubrir la maravillosa capital de Lombardía, y al tercer día fuimos por fin a Áncora SRL, la empresa donde estoy realizando mis prácticas Erasmus+. Allí nos presentamos, nos dieron los horarios y el dueño, muy amable, nos invitó a un café mientras nos contaba un poco la historia de la imprenta y el tipo de trabajos que realizan.

Ancora Srl es una imprenta con una larga trayectoria en el sector editorial italiano, especializada en la producción de libros religiosos, material litúrgico y proyectos gráficos de alta calidad. Además, cuentan con un departamento de diseño que se encarga de maquetar, revisar y preparar las publicaciones para su impresión final.

El primer día nos pusieron a prueba recreando el encabezado de un libro. Cuando lo terminé, me encargaron diseñar un calendario interno para el año 2027. Lo más complicado no fue el diseño en sí, sino adaptarlo a los requisitos de impresión, ya que debía incluir textura. Como no tenía nociones de impresión —al haber estudiado Asistencia al Producto Gráfico Interactivo—, me enseñaron cómo marcar las texturas y exportar los archivos correctamente.

Conforme pasaron los días, fui encontrando poco a poco mi rutina: ir al trabajo, hacer la compra y volver a casa. Me he sentido muy contenta en la imprenta; el ambiente ha sido agradable y el equipo me ha acogido genial. De vez en cuando nos sorprendían con algún pastelito. Es verdad que ha habido días más tranquilos, pero he aprovechado esos momentos para leer o practicar con el software de diseño, ya que en el día a día se utiliza la Adobe Suite, sobre todo Photoshop, Illustrator y, especialmente, InDesign.

También me pidieron diseñar un par de portadas para libros religiosos y, en esta última semana de octubre, he estado trabajando en algo diferente: la creación de un logotipo para una nueva empresa inmobiliaria. Este proyecto ha sido una especie de prueba para que el jefe vea de lo que somos capaces.

Los fines de semana han sido bastante tranquilos. Normalmente, los he aprovechado para desayunar en una cafetería del barrio, dar un paseo por la ciudad y regresar a casa. Al estar sola me ha costado un poco hacer planes, y que oscurezca tan pronto tampoco ha ayudado mucho. Intento salir por las mañanas, ya que me aconsejaron no estar fuera sola cuando cae la noche. Aun así, he disfrutado de pequeños momentos: ricos cappuccinos calientes, los mercadillos de los domingos y las calles llenas de bicicletas.

Milán me ha sorprendido desde el principio. Es una ciudad elegante, moderna y muy viva, con una mezcla perfecta entre tradición y diseño. A cualquier hora del día hay movimiento, y siempre se descubren rincones nuevos: librerías escondidas, plazas llenas de estudiantes o escaparates que parecen pequeñas obras de arte. Aunque al principio me intimidó un poco su ritmo, poco a poco me he ido sintiendo parte de ese ambiente.

En resumen, octubre ha sido un mes de adaptación. No voy a mentir: las primeras semanas fueron duras, pero poco a poco le he ido cogiendo el gusto a la experiencia Erasmus+, aunque siga echando de menos a mis amigos y a mi familia. He terminado el mes con la sensación de que lo más difícil ya ha pasado y que he empezado, por fin, a sentirme en casa.

Espero mucho de esta experiencia, que durará hasta marzo si todo va bien. Estoy segura de que me va a aportar un valor profesional increíble, no solo por todo lo que estoy aprendiendo en el ámbito del diseño y la impresión, sino también por la oportunidad de crecer personalmente, adaptarme a otra cultura y desenvolverme en un entorno laboral internacional.
